lunes, 29 de julio de 2013

ENTRENANDO: la importancia del tiempo...

El tiempo, esa cosa tan preciada que por momentos pasa tan rápido y otros tan lento. El tiempo es, pienso, clave en el aprovechamiento de nuestros entrenamientos. Es, esa hora u hora y media, ese momento tan ansiado por los chicos al finalizar sus clases y al que llegan con toda la ilusión del mundo por pasar un gran momento y aprender nuevas cosas, por eso es clave el tiempo.

Aunque 5 minutos de cada entrenamiento nos puedan
parecer pocos, suman mucho a final de temporada.
El tiempo de entrenamiento no debe ser una cantidad de minutos a rellenar de tareas, tratando de que se reduzca lo máximo posible, con prisas, con intenciones puramente económicas o de comodidad con actividades de relleno. El tiempo es fundamental. Cada minuto, la puntualidad, el aprovechamiento total desde el primer al último segundo, desde la llegada de los niños al vestuario para cambiarse hasta la ducha de regreso a casa. Todo esto es entrenamiento. Todo forma parte de ese intervalo en el que el niño se habitúa a una disciplina temporal y en ella le ayudamos a sacar el máximo partido a todo lo que practica y entrena, todo ello en la medida de lo posible.

De nada vale arañar de aquí y de allí, un poquito del principio y un poco del final. El poco tiempo del que disponemos semanalmente debería ser aprovechado en su práctica totalidad. Las consecuencias de ese esfuerzo y aprovechamiento casi con seguridad llegarán con el tiempo junto con la dinámica de disciplina y puntualidad, lo que en un futuro favorecerá a la asimilación de unas normas y valores que se agradecerán con los años.

Una planificación correcta del propio entrenamiento por parte del entrenador, una disciplina o normativa de horarios con todos los niños y padres, un esfuerzo constante y diario de tiempo para poder preparar todos los ejercicios y que sea posible ya tenerlos predispuestos antes del entrenamiento y desde luego tener claro y ya en mente qué se quiere llevar a cabo, trabajar y conseguir con cada sesión planificada pueden ser las claves en todo esto.

Olvidémonos de la tacañería de esos minutos. Aunque nos parezca poco, 5 minutos de cada entrenamiento por unos ciento y pico de entrenamientos anuales suponen pérdidas totales de varias horas de entreno.

miércoles, 24 de julio de 2013

FÚTBOL BASE: ganar, objetivo o consecuencia...

¡Vamos a ganar, chicos! ¡Hoy hay que ganar! ¡Este partido lo ganamos fácil! son frases, expresiones que se repiten con suma facilidad alrededor de los terrenos de juego donde cada fin de semana los más pequeños llegan con la intención de pasar un buen momento jugando al fútbol. Padres, aficionados, directivos y los más grave, entrenadores que infunden estas plegarias de victoria a niños de tan solo 5, 6 o 7 años.

Partiendo de unas bases de formación y respeto, ganar
tiene que ser una consecuencia de todo este trabajo.
Visto lo visto nos debiéramos replantear muchas cosas. El tema de los padres es ya sumamente complicado, son miles y miles de opiniones las que rodean sus cabezas y su control por nuestra parte es una tarea realmente complicada, ya que al fin y al cabo, sea de una u otra forma acertada o equivocada, buscan lo que creen que puede ser mejor para sus propios hijos. Sea o no lo correcto.

La gravedad del problema es mayor cuando esta idea ronda por la cabeza de gran parte de monitores y entrenadores de estos niños que, no me pregunten por qué, pero basan y sustentan su "trabajo" o "tiempo" en el mero hecho de ganar partidos pese lo que pese, por la vía rápida o sin ir más allá en cuanto a los que se debería ir marcando progresivamente para el desarrollo correcto de la formación de los chicos. Y pienso, ganar es bueno.

Ganar es bueno, no me cabe duda, ganar tiene que llegar a ser objetivo último y no único, ganar tiene que ser consecuencia de un trabajo previo planificado educativo, de mejora, de progresión y de éxito en nuestro enfoque educativo-formativo. Ese premio llegará con el tiempo, pienso que es la consecuencia final de todo ese esfuerzo diario, luego semanal y de toda la temporada finalmente. Es el resultado de ese trabajo que se realiza para la consecución de los objetivos de aprendizaje perseguidos.

martes, 16 de julio de 2013

ETERNO DEBATE: formar equipos o formar jugadores...

No me cabe duda, la mayoría de los entrenadores/monitores formamos equipos, es decir, sólo se nos pasa por la cabeza conseguir los mejores resultados de manera grupal, resultados numéricos y que se olvidan en su mayoría del progreso individual de cada uno de los jugadores, dejan de lado su formación individual en favor de la creencia de que la victoria es sinónimo de un gran trabajo de equipo, cosa que puede en parte ser cierta siempre y cuando no dejemos a un lado a la totalidad de los chavales que lo componen ya que nuestro deber no sólo es "ganar con los buenos" o "tener un equipo tipo o titular".

Los niños juegan al fútbol para
divertirse y aprender, no
entienden de presión externa.
El objetivo no es tener un equipazo y ganar ligas y torneos. Son niños, juegan para divertirse porque quieren aprender y mejorar, a lo que nosotros, entrenadores y algunos padres, no siempre ayudamos sino que perjudicamos a la hora de utilizarlos para cargarlos de culpa, responsabilidad y para cargarlos de méritos y alabanzas. Por lo general todos colaboramos a ello, todos queremos tener buenos equipos, posicionamos las victorias grupales incluso sobre las mejoras personales de los críos y por supuesto que este no es el camino, tenemos que mirar un poco más allá.

El objetico debería ser formar jugadores, educar niños, siempre partiendo desde un punto de vista individual, contextualizado en un deporte colectivo, para que con el tiempo puedan individualmente aportar y sumar a la mejora de un equipo. Cada niño exigirá un ritmo de aprendizaje, partirá de una base menor o mayor, tendrá más o menos cualidades, mejorará, empreorará, maravillará, desesperará o sorprenderá... Pero lo importante es que crezca, aprenda valores individuales y generales para aplicarlos a un deporte de equipo, poniendo si cabe un mayor énfasis en los futbolísticos. El "resultado" o "consecuencia" en el grupo llegará con el tiempo, dadle tiempo.

Cada etapa tiene sus objetivos, y el fútbol base tiene que
tener un carácter formativo.
El fútbol base se debe basar primero en la mejora individual de cada niño, en su crecimiento, en su educación futbolística y como persona en un deporte que ayuda a ello. El trabajo del equipo y su formación más adelante como conjunto será consecuencia y llegará tras la mejora individual de cada chico. Los resultados, triste y temprenamente exigidos por el círculo más cercano a ellos, llegará con el tiempo, será la consecuencia final de cumplir adecuadamente con los primeros pasos.

FOTO 1: http://unaspinceladasdeldeporterey.blogspot.com.es/2013/03/los-padres-del-futbol-base_18.html
FOTO 2: http://www.lasoledaddelentrenador.com/sin-padres-no-habria-futbol/

lunes, 1 de julio de 2013

ENTRENANDO: La planificación del entrenamiento...

Son muchos los niños y somos muchos los entrenadores, somos muchos y cada uno, bien dejándose llevar por sus conocimientos, recomendaciones o incluso por el desconocimiento o falta de pasión e identificación con su tarea en ciertos casos, causantes de poder comprobar la existencia de tal variedad de formas de ver el fútbol, de entenderlo y desde luego de planificar nuestros entrenamientos.

Un bolígrafo, una libreta y un poco
de concentración pueden ser
suficientes, junto con unos objetivos
en mente.
La planificación de un entrenamiento es fundamental, su estructuración en el tiempo, en partes, en objetivos. Tener claro lo que se va a hacer, lo que se quiere conseguir y el objetivo de cada tarea es clave para un éxito en el correcto desarrollo futbolístico y personal de un grupo de niños.

Como yo lo entiendo, trabajar la base es dotar a un grupo de chavales de todas las facilidades que tengamos en nuestras manos, de una transmisión de conocimientos que le ayude a crecer. No se trata de cubrir horas y horas de entrenamiento dejando pasar el tiempo porque sí. Es necesario y responsabilidad de cada técnico o monitor, cualificado o no, corresponder el esfuerzo de estos enanos con sólo 15 o 20 minutos de nuestro tiempo en preparar o planificar cada sesión, dotarle de una buena y completa estructura y contenidos equilibrados y a poder ser divertidos que, mediante juegos en su mayor parte, permitan el correcto progreso y crecimiento de los chicos tratando de alcanzar objetivos temporales y mayores con el avance de las semanas.

Cada ejercicio tiene su objetivo, su razón de ser. Es importante tenerlo claro: qué queremos, qué necesitamos mejorar, qué es necesario apuntalar, qué es adecuado aprender a cada edad... Ellos se dejan el alma en cada sesión, más si cabe si les gusta, más si se divierten y hacen amigos, incluso más y son capaces de ver reflejado su progreso después de un trabajo bien estructurado. Correspondamos.

Imágenes de un entrenamiento de fútbol base
planificado previamente.
Y recordemos que la planificación no es una tabla estática, cada entrenamiento es un mundo, cada circunstancia, cada estado de los chicos cambia con los días. Hay que adaptar cada sesión, basándose en una sesión planificada pero con cierta permisividad y adecuación a cada momento concreto.