martes, 24 de diciembre de 2013

EL ENTRENAMIENTO: un proceso de adaptación...

Primeramente definamos entrenamiento de manera fácil como el conjunto de ejercicios planificados y que persiguen un objetivo como fin último, es decir, el medio planificado para alcanzar unos objetivos, siempre para conseguir esos objetivos, no me cansaré de decirlo, objetivos para los chicos. No lo olvidemos.

Es por lo tanto necesario que pensemos, repasemos y demos las suficientes vueltas a nuestra cabeza, primeramente para proponer y establecer una serie de objetivos lógicos y alcanzables para nuestros pequeños y posteriormente, en nuestras sesiones, llevarlas a cabo de forma divertida e interesante para ellos.

Mayores retos alcanzables en nuestras sesiones suponen
la mayor atención, interés e implicación de los pequeños.
Pensemos en ellos y en que no paran de crecer y de mejorar con cada sesión que realizamos, por eso cada
una de ellas deben tener una estructura clara y una intención y deben proponer pequeños retos de forma paulatina con mayores dificultades que se incrementan con el paso de los días. Cada tarea debería suponer un pasito más, un pequeño reto que motive a la implicación, concentración y esfuerzo progresivo del pequeño futbolista para superarse a sí mismo; deben ser tareas que favorezcan esa adaptación e dificultades mayores, que exijan día a día mayores esfuerzos y que generen ciertas dosis de complacencia y felicidad para los pequeños tras superarlas; que no se conviertan en murallas imposibles que minen su esfuerzo; que premien el trabajo diario; y que ayuden a esa adaptación del pequeño, a esa mejora continua basada en la superación de obstáculos que paulatinamente les iremos incrementando.

Lo más importante, conocer a los pequeños, individualizar su evolución y plantearles retos adaptados a su nivel y capacidad, que puedan superar, que los motiven y que no los hagan sentir incapaces. Es realmente difícil pero, si se puede, llegar lo más cerca posible a eso, será de esta forma lo más adecuado para su mejora y crecimiento deportivo y personal. De nada valen las tareas repetitivas que no supongan la asunción de mayores dificultades. Todos necesitamos de retos y apuestas personales con uno mismo para sacar lo máximo de uno mismo y ser mejores cada día. Hagamos que ellos lo sientan así.

martes, 10 de diciembre de 2013

FÚTBOL BASE: el uso del balón...

El uso del balón en el entrenamiento de fútbol base debe ser obligatorio y fundamental, no hay ninguna duda. El balón, como esférico que es, presenta una gran dificultad de dominio a edades tempranas de aprendizaje; por lo que, sin olvidarnos de que esto es fútbol, debemos tratar de introducirlo lo más pronto posible en nuestras sesiones de entrenamiento y a poder ser en la totalidad de los ejercicios. Debemos tratar de que el pequeño futbolista se adapte a su uso cotidiano, a la mejora continua en su manejo, a su familiaridad y como consecuencia final a su adecuado dominio.

La importancia del manejo del balón es fundamental
ya desde edades tempranas.
Desde ya la parte inicial de la sesión, el calentamiento, hasta el último ejercicio el balón tiene que ser protagonista de nuestras propuestas. Todos sabemos que ciertos ejercicios no van a necesitar o pueden realizarse sin balón pero sería conveniente tenerlo siempre presente y darle a poder un uso cercano al 90-95% del tiempo de entreno, es primordial. Y es primordial hacerlo en los pies, apartarlo de las manos, entendiendo excepciones puntuales, pero siempre con el fin de acostumbrar a los pequeños a sentirlo y dominarlo con mucho cariño en sus botas. El objetivo es, pues, que dentro de la gran variedad de ejercicios que podemos aplicar, tratemos de diseñar o adaptar cada uno de estos trabajos y objetivos a tareas con presencia principal del esférico.

Y es que fútbol es fútbol, de nada vale ocupar gran parte de nuestras sesiones, que sí pueden tener alternativamente cabida, con trabajos por ejemplo físicos analíticos o tácticos que desprecien la presencia del protagonista, ya que en nuestro deporte nada es posible sin su correcto manejo y destreza a la hora de su contacto. Y qué mejor que empezar cuanto antes con ello.

Me duele ver niños de 6, 7 o 8 años corriendo sin rumbo fijo alrededor de un campo de fútbol, sin sentido. Me duele ver a uno de 8 o 9 subiendo escaleras con ritmo de carrera con objetivo de mejorar su aspecto puramente físico. Me duele verlos a todos realizando eternas sesiones tácticas y de estrategia a balón parado sin mayor objetivo que el de ganar y ganar más partidos. Nuestro objetivo es el de tratar, en mayor medida, de mejorar cada uno de estos aspectos en la medida de lo posible con un balón pegado a sus pies. Las consecuencias positivas, al tiempo.